Stella McCartney ha estado atravesando una etapa de transición en su empresa (la diseñadora firmó un acuerdo para su firma con LVMH y se convirtió en la consejera de sostenibilidad de Bernard Arnault en 2019). No sorprende, por tanto, que la temporada otoño-invierno diera la sensación de ser un nuevo comienzo para la diseñadora. Tras volver a sus raíces y meditar sobre el poder transformador de la moda, McCartney nos procuró una de sus ediciones más escapistas e inspiradoras hasta la fecha.
A continuación, te contamos todo lo que necesitas saber sobre la colección otoño-invierno 2021 de Stella McCartney, toda una oda a salir de casa y sentirnos realmente vivas tan nostálgica como refrescante.
D de deseo
La colección otoño-invierno 2021 se inspira en la letra D del manifiesto de Stella McCartney: Un documento de la A a la Z que profundiza en el significado de los términos – como la R de Responsable o la C de residuos Cero – para ayudar a que el mundo de la moda avance hacia un futuro más sostenible. El concepto de deseo no podría haber elegido mejor momento para manifestarse. Valiéndose de nuestras ansias de ponernos elegantes y salir por ahí, McCartney nos presentó una colección de looks renovados de inspiración grunge y glam con un toque deportivo. Sus looks, con estampados con forma de torbellino, siluetas voluminosas y paletas de color sorprendentes (visualiza vestidos amarillos de lentejuelas combinados con pantalones rojos de campanas), harán que nunca te olvides de esa primera salida nocturna.
El 77% de la colección se fabricó con materiales sostenibles
¿Te preocupa el impacto medioambiental de este mono tan fabuloso de lentejuelas azules? No te preocupes, no hay rastro de PVC en esas lentejuelas. Todos los demás looks de la colección de 30 piezas detallan cuáles de sus elementos son sostenibles, como la viscosa respetuosa con los bosques, el ante vegano, la piel sintética de poliuretano o la lana trazable procedente de granjas regenerativas (esta última aparece por primera vez en la marca). Las anotaciones sobre trazabilidad que acompañan a las piezas – que calculan que el uso de Econyl, un tipo de nylon fabricado con redes de pesca, por parte de la firma ha evitado que más de 10 toneladas de nylon acabasen en los vertederos – son un ejemplo de lo que debería convertirse en un estándar de transparencia de cara al consumidor por parte de toda la industria.
Los pantalones de campana vuelven por la puerta grande.
Durante el tiempo de respiro que nos impuso la pandemia, esta autoproclamada solucionadora de problemas, que en circunstancias normales se estaría centrando en moda para darnos soluciones, rememoró las propiedades escapistas de la ropa. Celebrando así la “idea de excentricidad y extravagancia”, nos ofreció una serie de piezas juveniles para hacernos sentir vivos. Algo clave en su propuesta despreocupada son los pantalones de campana en colores vivos y con un “espíritu de lucha”. Según las modelos desfilaban por el Tate Modern londinense (un lugar elegido para promover las ideas «libertad, arte y celebración”) el estado de ánimo fue abiertamente optimista. Buen trabajo.
Vuelven las botas
Pese a que las botas de agua fuesen la respuesta de McCartney a las botas militares, fueron los tacones de puntera impermeable los que llamaron la atención de todo el mundo en la pasarela improvisada en el museo. Los modelos por encima de la rodilla con las punteras redondeadas y los dedos de los pies marcados a mano, así como sus tacones esculturales con forma de bloque, nos impactaron con sus tonos aguamarina, lila y naranja. A todas aquellas fiesteras que tengan en cuenta el impacto medioambiental de sus tacones para salir les gustará saber que su interior está fabricado con materiales con un 35% de base biológica, mientras que la parte superior de sus variedades mate ha sido creada con un 47% del mismo tipo de materiales. No es perfecto, pero McCartney siempre se esfuerza por mejorar.
No solo de novedades se vive
Los bolsos Hobo y Frame fueron un añadido escultural para los looks opulentos de las modelos (¡Al fin tenemos bolsos espaciosos para salir que no se parecen a los tote bags!), pero McCartney se aseguró de incluir el modelo Falabella, uno de los bolsos más característicos de la firma y sinónimo del estilo rompedor e individualista de los accesorios de la diseñadora. Pese a que los productos de piel sean la gallina de los huevos de oro para la mayoría de las marcas de diseñadores, la línea vegana de McCartney no prioriza la novedad frente a la ética. Desde que sacó su bolso Falabella en 2010, la marca calcula haber salvado las vidas de más de 300.000 vacas. Teniendo en cuenta que el 18% de los gases de efecto invernadero proceden de la agricultura animal, este número va más allá de salvar las vidas de los animales. El impacto medioambiental de los bolsos de origen no animal de McCartney es 24 veces menor que el de los bolsos de piel habituales. Da que pensar, desde luego.
Fuente: Vogue