Por otro lado, hay que tener cuidado con los cosméticos que poseen ingredientes fotosensibles como, por ejemplo, el retinol ya que si se utiliza una concentración muy elevada y se va a estar expuesto muchas horas al sol, conviene suspender el tratamiento durante esos días o bajar la concentración; lo mismo con respecto al ácido glicólico. Los tratamientos con ácidos siempre deben ser supervisados por un experto.
En el caso de acudir a la playa o a la piscina, se recomienda optar por una rutina minimalista. Limpieza, antioxidantes (como la Vitamina C y la Niacinamida) y protección solar. El antioxidante durante el verano es esencial ya que por la exposición al sol las reservas se agotan enseguida y ayudan a prevenir el envejecimiento prematuro.
Eso sí, pese a estos pequeños cambios en la skincare diaria, es importante mantener la hidratación y la reparación de la piel tras tomar el sol. (Los dermatólogos aconsejan evitar la exposición al sol)
Es por ello por lo que, independientemente de realizar una rutina por la mañana o antes de dormir, es necesario realizar una pequeña rutina tras mantener expuesto el cutis largas horas al sol. Una rutina constituida por dos pasos principales: la limpieza del rostro (eliminando los posibles restos del protector) y la aplicación de los diferentes productos reparadores y calmantes (ya sea a través de cremas o mascarillas) que ayude a frenar las posibles quemaduras o daños.
Fuente: El Español